La organización terrorista vasca ETA ha pasado a la historia. Sin embargo, las posturas sobre el trato a sus exmilitantes, ya estén entre rejas o en libertad, dividen a la opinión pública.
Durante más de 50 años, la ETA luchó violentamente por un país vasco independiente. Asesinó a más de 800 personas. La organización finalmente se disolvió en mayo de 2018. ¿Qué sucede con sus exmilitantes y simpatizantes ahora que ya no existe? Actualmente 221 de ellos se encuentran en prisiones españolas dispersados por todo el país, lejos de sus familias. Los familiares exigen el traslado de los presos al país vasco. Y eso es solo uno de los objetivos. El deseo de los familiares es que los presos sean puestos en libertad en breve. Sin embargo, esto es inconcebible para muchos familiares de las víctimas de la ETA que defienden una política de mano dura, incluso después de la disolución de la organización. Al mismo tiempo, sin embargo, cada vez más prisioneros se integran en la sociedad después de cumplir condena. En el País Vasco, con sus casi 2,2 millones de habitantes, a menudo viven puerta con puerta con familiares de las víctimas del terrorismo. ¿Es posible en el País Vasco una coexistencia pacífica, casi un nuevo comienzo después del fin de la ETA?
Durante más de 50 años, la ETA luchó violentamente por un país vasco independiente. Asesinó a más de 800 personas. La organización finalmente se disolvió en mayo de 2018. ¿Qué sucede con sus exmilitantes y simpatizantes ahora que ya no existe? Actualmente 221 de ellos se encuentran en prisiones españolas dispersados por todo el país, lejos de sus familias. Los familiares exigen el traslado de los presos al país vasco. Y eso es solo uno de los objetivos. El deseo de los familiares es que los presos sean puestos en libertad en breve. Sin embargo, esto es inconcebible para muchos familiares de las víctimas de la ETA que defienden una política de mano dura, incluso después de la disolución de la organización. Al mismo tiempo, sin embargo, cada vez más prisioneros se integran en la sociedad después de cumplir condena. En el País Vasco, con sus casi 2,2 millones de habitantes, a menudo viven puerta con puerta con familiares de las víctimas del terrorismo. ¿Es posible en el País Vasco una coexistencia pacífica, casi un nuevo comienzo después del fin de la ETA?
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