Crisis entre las dos Coreas

 

Escalada en Corea: entre el riesgo nuclear y la guerra convencional

Por Rosendo Fraga.|| Nueva Mayoría

En la visión estratégica global, Asia, y en particular el conflicto en torno a Taiwán, parece la amenaza inmediata para Estados Unidos y sus aliados, pero eso puede no ser tan así. A fines de 2021, la inteligencia estadounidense discutía si Putin iba a invadir Ucrania o no. En la europea predominaba la opinión de que no lo haría. La guerra desatada entre Rusia y Ucrania cumplirá dos años en menos de dos meses y esta no era la opinión predominante. Dos años después, el 7 de octubre, la inteligencia israelí y sus aliados occidentales no previeron la guerra que se ha desatado en Gaza, la que acaba de cumplir tres meses y plantea el riesgo de extenderse regionalmente. En 2020 China, y en particular el conflicto en torno a Taiwán, era percibida como el conflicto más probable que podría derivar al plano militar. El misil hipersónico chino lanzado a mediados de ese año corroboraba esta impresión. Pero no ha sido así. La idea de que el conflicto geopolítico en torno a la soberanía sobre Taiwán y la importancia de este país en la fabricación de semiconductores, que influye para aumentar la posibilidad de conflicto bélico, no ha desaparecido ni mucho menos. Pero si tuviera lugar una crisis en Asia con derivaciones militares, es más probable que fuera en la península de Corea y no en la isla de Taiwán. En marzo de 2023, ante la Comisión de Servicios Armados del Senado estadounidense, el Jefe del Pentágono, el general Lloyd Austin, y el entonces Director del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, ante la pregunta de un senador de si el próximo conflicto sería en Taiwán, éste jefe militar respondió que a él le preocupaba más Corea. Entonces ya aparecía como problema central en Ucrania el que también se ha reiterado en Gaza: la falta de munición para los obuses de 155 milímetros y la munición para armas livianas de calibre 7.65. Es decir, la munición que ya se usaba en la Segunda Guerra Mundial.

Durante 2023, a las guerras de Ucrania, Gaza y a la tensión en torno a Taiwán, se ha sumado la escalada generada por Corea del Norte en el Extremo Oriente. Los lanzamientos de misiles balísticos por parte de Norcorea se han repetido cada vez más y con mayor frecuencia. Lo mismo ha sucedido con los satélites espía. El alcance de las armas de este país va en aumento, generando cada vez mayor riesgo para Japón y Corea del Sur. A finales de 2023, Corea del Norte ha incorporado a su arsenal drones submarinos, que podrían transportar armamento nuclear. Pero en los meses recientes, a los servicios de inteligencia occidentales ha preocupado en forma creciente el envío de armamentos por parte de Corea del Norte a Rusia. Lo llamativo es que Corea del Sur es el PBI número catorce del mundo, con un monto de 2.657 billones de dólares, y el de Corea del Norte es de 40.000 millones y ocupa la posición noventa y seis. En cuanto a población, la de este último país es de veintiséis millones y la surcoreana es de cincuenta y un millones, es decir, algo más del doble. Pero en PBI, el de Corea del Sur es sesenta y seis veces el de Corea del Norte. Que con una población y sobre todo un PBI tan bajo, Pyongyang sea una amenaza militar de envergadura para la OTAN y su apoyo militar a Ucrania, parece incomprensible pero lo es. Es un caso muy claro de conflicto asimétrico. Corea del Norte, con una economía muy pequeña y un nivel de desarrollo económico muy bajo, es protagonista en la guerra de Ucrania por su suministro de armas a Rusia, es una amenaza militar no sólo para Corea del Sur y Japón, sino también para Estados Unidos, en Extremo Oriente. Además es gobernada por un líder político inestable, cuya personalidad resulta difícil de prever para la inteligencia occidental.

A partir de Navidad, se produjo una escalada militar entre las dos Coreas y que alcanza a Estados Unidos y a Japón en menor medida. El líder norcoreano, Kim Jong-un, a fin de año dijo públicamente que no hay ninguna posibilidad de acuerdo o reconciliación con Corea del Sur y que estaba dispuesto a enfrentar militarmente la presencia de Estados Unidos en la región, incluso recurriendo para ello a su arsenal nuclear. Paralelamente Ucrania, con el respaldo de Estados Unidos, denunció el suministro de armas por parte de Corea del Norte a Rusia. Los servicios de inteligencia occidentales hicieron trascender que este suministro incluía misiles con un alcance de novecientos kilómetros que aumentaban la capacidad militar de Rusia. Ello puede ser así, pero no cabe duda de que el suministro es también relevante en los dos insumos básicos que tiene esta guerra: los obuses para la artillería de campaña y la munición para la infantería. Para la inteligencia occidental, Rusia está retribuyendo con alta tecnología el apoyo norcoreano que está recibiendo. De la escalada también formaron parte los ejercicios militares anuales programados con antelación entre Estados Unidos y Corea del Sur. Estos se realizaron con munición real y sólo a decenas de kilómetros de la conflictiva frontera entre las dos Coreas. Por su parte, Corea del Norte realizó lanzamientos de satélites espía que Estados Unidos y sus aliados denunciaron como violatorios de las sanciones internacionales impuestas a Norcorea. Las tensiones militares entre las dos Coreas son las mayores desde 2010. La posibilidad de diálogo entre las partes se rompió en 2019, al fracasar un intento de acercamiento que realizó Donald Trump. Para reforzar su compromiso con la opción militar, Kim Jong-un visitó, acompañado de su hija, Ju-ae -quien es vista como eventual sucesora pese a su juventud-, una fábrica de lanzadores de misiles.

Pero quizás un enfrentamiento militar entre Corea del Norte y Corea del Sur y sus aliados (Estados Unidos y eventualmente Japón) sea más convencional que nuclear. Este último campo implicaría posiblemente el final del régimen de Corea del Norte, aunque también pondría en duda el rol de Estados Unidos como actor global con capacidad de contener conflictos. Los ejercicios militares realizados en los primeros días de enero tuvieron una fase relevante en el ámbito terrestre. Aun en el ámbito marítimo, la artillería terrestre surcoreana, incluyendo cañones autopropulsados en vehículos blindados, realizó disparos con munición real en proximidad de dos islas surcoreanas que están a menos de cien kilómetros de la costa. Fue como respuesta a doscientos disparos que realizó con munición real Norcorea en proximidades de dichas islas. El gobierno surcoreano retiró la población de ellas transitoriamente. Se plantea así la posibilidad de que si estalla un conflicto entre las dos Coreas, sea predominantemente terrestre. La organización militar estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial ha contemplado tener la capacidad de librar dos guerras simultáneas a nivel global. Por esta razón, se establecieron hace décadas dos grandes depósitos de municiones fuera del país: uno en Corea del Sur y otro en Israel, para abastecer despliegues estadounidenses tanto en Extremo Oriente como en Oriente Próximo. Durante 2024, gran parte de estos depósitos se han vaciado por las necesidades de Ucrania y ahora también de Israel. Una guerra convencional entre las dos Coreas pondría a Estados Unidos frente a tres guerras predominantemente terrestres, teniendo en la península de Corea la necesidad de entrar en combate con sus propios efectivos. Cabe señalar que en 2023 los países europeos de la OTAN se habían comprometido a entregar a Ucrania un millón de proyectiles para la artillería convencional, pero menos de la mitad de la cifra comprometida fue entregada.

En conclusión: el aumento de la tensión militar entre las dos Coreas, que involucra a los Estados Unidos, plantea la posibilidad de ser más relevante en el plano militar que el que podría darse en torno a Taiwán; en forma sorprendente, Corea del Norte es una amenaza militar incluso para Estados Unidos, cuando Corea del Sur tiene un PBI que es sesenta y seis veces el de su antagonista del norte; a partir de Navidad, se ha producido una escalada en la tensión militar entre las dos Coreas, en la cual han jugado un rol importante los ejercicios militares de ambos países con uso de munición real; por último, un eventual conflicto entre las dos Coreas que involucre a EEUU es analizado por el riesgo de escalada nuclear, pero también podría darse en el plano convencional y en un teatro de operaciones terrestre.

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